Joseph Novak ha realizado varios estudios acerca de
los mapas conceptuales y su eficacia en el aprendizaje y la capacidad de los
alumnos para resolver distintos problemas.
Aunque carecen
de un estudio de imágenes cerebrales para observar que áreas del cerebro se
activan durante este proceso, aún así se ha observado que sí existen áreas del
cerebro que se activan al momento de memorizar, dependiendo si la persona es o
no principiante.
Por otro lado, las personas poseen distintas formas
de utilizar la memoria dependiendo de su edad, asimismo al momento de
utilizarla también hacen uso de las inteligencias múltiples ubicadas en el
hemisferio derecho e izquierdo, ya que a partir de los primeros 10 años de vida
la propagación de la sinapsis es mucho más rápida y a la vez se van activando
diferentes áreas de nuestro cerebro , de
esta manera el paso del tiempo y los factores externos e internos del individuo
influyen en la transformación de la estructura
cognitiva del ser humano , por consecuencia, nuestro cerebro nos permite ir
desarrollando unas o más que otras inteligencias.
En este caso, el deber del educador es bastante
importante y primordial porque de él depende
que el alumno aprenda a manejar y potenciar las 8 inteligencias que
declara Gardner y al mismo tiempo ser
una persona auto motivador con su aprendizaje y a la vez ir fortaleciendo su
memoria.

Por otro lado, las funciones
cognitivas como el lenguaje, hacen uso de la
inteligencia lingüística-verbal,
la cual tiene que ver con la capacidad de emplear de manera eficaz las
palabras, manipulando la estructura o sintaxis del lenguaje, la fonética, la
semántica, y sus dimensiones prácticas, este tipo de inteligencia debe ser
reforzada desde un principio en el ámbito escolar, en conjunto con el docente y
el compromiso de los padres.

De esta manera, resulta relevante saber que existen dos tipos de
experiencias extremas claves en el desarrollo de las inteligencias lo cual es importante tomar en cuenta, ellas son: Las
Experiencias Cristalizantes, son aquellos
hechos en la historia personal del individuo, claves para el desarrollo del talento
y de las habilidades en las personas. A
menudo estos hechos se producen en la temprana infancia.
Igualmente las Experiencias Paralizantes,
se refieren a aquellas experiencias que bloquean el desarrollo de una
inteligencia, están llenas de emociones negativas, capaces de frenar el normal
desarrollo de las inteligencias. Es probable así, que luego de esta experiencia
un niño decida no acercarse más a un instrumento musical o no dibujar más
porque ya decidió que “no sabe hacerlo”, por lo tanto es importante crearle al
niño un ambiente seguro en donde sus debilidades no se conviertan en
obstáculos.
En muchas ciudades de los Estados Unidos, en
Puerto Rico, Filipinas, Singapur, así como en Europa, han surgido escuelas en
donde se llevan a cabo actividades encaminadas a desarrollar las distintas
inteligencias que el individuo posee. Esa es una problemática que hoy en día en
nuestro país nos aqueja, ya que en los establecimientos no existe la
preocupación habida respecto a la diversidad que existe dentro del aula, de las
diferentes maneras de aprender que poseen los alumnos, y de los varios tipos de inteligencia que en
ellos se encuentran pero que no se potencian como deberían de ser.

En España, podemos encontrar
el “Colegio Monserrat”, una escuela pionera en llevar a la práctica la Teoría
de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner , en el transcurso del tiempo,
cuyo objetivo ha sido crear un nuevo modelo educativo, una nueva escuela, el
colegio Montserrat ha tenido que afrontar cuatro grandes transformaciones,
tales como:
-
cambios en las metodologías
-
Tratamiento del currículo y la evaluación
-
Cambio del rol del profesor, nueva organización escolar
-
Transformación arquitectónica de las aulas

Para así adaptar los
espacios adecuados para los alumnos y dar lugar a las nuevas metodologías.
Respecto a las Teorías de las Inteligencias Múltiples, éstas promueven
un aprendizaje por proyectos, que les proporcione a los alumnos oportunidades
para mejorar la comprensión de conceptos y habilidades al servicio de nuevos
objetivos, principalmente el de prepararse para la vida adulta, en donde las
actividades interdisciplinarias deben de ser motivadoras centradas en el alumno
y de largo plazo, en lugar de las típicas lecciones cortas e independientes.
Sin embargo, sabemos que los nuevos tiempos requieren de
nuevas estrategias educativas y lo que está claro es que una escuela que sea
útil ha de considerar el aprendizaje para la vida, pero para ello no se pueden
tener en cuenta únicamente las dos asignaturas como lo son Lenguaje y
castellano, y matemáticas, que tradicionalmente han sido las materias que han
servido para predecir el éxito escolar y catalogar la inteligencia de los
alumnos.
Las implicaciones educativas son enormes porque el alumno que
posee habilidad para las matemáticas es inteligente mientras que, por
ejemplo, el dotado para la música también lo es, y no simplemente talentoso
como se consideraba en tiempos anteriores, justamente de eso nos habla Howard Gardner, en donde considera todo don o talento como un tipo de inteligencia la
cual hace único y especial a cada individuo que lo posea.
En este nuevo marco educativo es imprescindible obtener
información sobre cómo aprende el alumno y cuáles son sus fortalezas e
intereses para así poder utilizar todos los recursos pedagógicos
disponibles.
Es por eso que el maestro deja de ser un transmisor de
conocimientos y se convierte en un guía que acompaña el proceso de aprendizaje
real del alumno permitiéndole adquirir las competencias requeridas en pleno
siglo XXI.
Richard Gerver lo explica muy bien, “la educación formal,
clásica, basada en superar exámenes, no crea personas creativas e innovadoras
preparadas para el futuro que les tocará vivir en el siglo XXII, sino personas
que se acostumbran a ser gestionadas, es decir, acostumbradas a que les digan
qué tienen que aprender y cómo lo tienen que aprender. La educación clásica provoca que muchas
personas sean fracasadas porque esperan ser gestionadas” (Gerver, 2012).
Por lo tanto, descubrir el talento de cada niño es generar
entornos adecuados que optimicen el aprendizaje a través de sus intereses y
fomentar su autonomía constituye la esencia del nuevo paradigma educativo.




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