“capacidad
para inhibir un ajuste instintivo y la capacidad para definir este ajuste
inhibido a la luz de la experiencia imaginaria de ensayo y error y la capacidad
evolutiva de llevar a cabo este nuevo ajuste para beneficio del individuo como
animal social” (Thurstone)
La
inteligencia es la capacidad de asimilar, guardar, elaborar información y
utilizarla para resolver problemas o determinadas situaciones. Esta capacidad de los seres humanos es de poder procesar la información proveniente del
medio, así como también de recogerla del exterior. Esta depende de las
estructuras internas del cerebro y de su interrelación con el mundo exterior.
También podemos decir que la
inteligencia es la capacidad de relacionar conocimientos que poseemos para
resolver una determinada situación. Si indagamos un poco en la etimología de la
propia palabra encontramos en su origen latino inteligere, compuesta de intus (entre) y legere (escoger). Por lo
que podemos deducir que ser inteligente es saber elegir la mejor opción entre
las que se nos brinda para resolver un problema. Por ejemplo, si a una persona
se le plantea subir al tejado de una casa, la persona seleccionará los
instrumentos que cree necesario para subir, pues con los conocimientos que ya posee
(lógicos, matemáticos) ha ideado una forma para ejecutar una acción que le
permitirá subir al tejado. Unos dirán que con una escalera, otros con una
cuerda, otros necesitarán una serie de instrumentos. Una persona más
inteligente que otra escogerá una opción mejor que otra.
Tristemente la mayoría de los test que miden la inteligencia
de un ser humano sólo tienen en cuenta las capacidades lógica-matemática y lingüísticas.
Así también
hay diversos modelos o teorías que plantean diferentes tipos de inteligencia como
las inteligencias múltiples de Howard Gardner entre otros y
estrategias de aprendizaje para ver como nuestras funciones cognitivas trabajan
mejor, así como el modelo de VAK.

No hay comentarios:
Publicar un comentario